Add parallel Print Page Options

Envió a la ciudad mensajeros para que le dijeran a Acab, rey de Israel: «Así dice Ben Adad: “Tu oro y tu plata son míos, lo mismo que tus mujeres y tus hermosos hijos”».

El rey de Israel envió esta respuesta: «Tal como dices, mi señor y rey, yo soy tuyo, con todo lo que tengo».

Read full chapter